sábado, 11 de mayo de 2013

Just wanna be whole


Mírate. Destrozada una vez más, hecha trizas. ¿Mereció la pena? Pero, ¿por qué a ti? ¿Por qué siempre tú? De pensamiento en pensamiento, como un río, desemboca en un dolor vital e inevitable.
Diferente. Una palabra para algunos atractiva, para mí absolutamente destructiva. Algo que desde pequeña me ha ido rompiendo por dentro, es ese lado oscuro que no me beneficia enseñar. Ese abismo que me mata, que me derruye, que me difumina hasta convertirme en lo que soy ahora; tan sólo un espíritu herido en un mar de rostros felices que saben lo que son. Yo no, no yo. Siempre he estado perdida, pero nunca sola. O quizás siempre he estado sola, pero nunca perdida. No sé qué prefiero, lo único que sé es que ahora estoy sola, y perdida. Confundida y gritando “Sálvame”, no sé muy bien a quién ni para qué, pero es lo único que me sale ahora.
Sálvame.
Ven y sácame de este pozo del que puede sea ya demasiado tarde salir. Seas quien seas, si estás leyendo esto, sálvame. Te necesito.
Mal acostumbrada quizás a que siempre haya alguien, y entonces ocurre lo inevitable, entonces me veo sola contra mí misma, es yo, o yo, destruirme o matarme, ¿hay opción?
¿Y ahora qué? Ahora nada. A eso me reduzco ahora, ahora no soy nadie. Quizás soy la porquería que sobra de una sociedad planeada y feliz. Quizás impotencia, quizás es siempre lo mismo y quizás, sólo quizás, duele.
Y quizás no lo soporto. No puedo más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario