domingo, 22 de junio de 2014

Como sabiamente diría Extremoduro

Vamos a ver, cómo haceros entender que me la suda. Me la suda si viajáis, vuestra ropa nueva, me la suda con quién estáis en este preciso instante, me la sudan vuestros gustos y vuestra trayectoria. Por qué me acribilláis con jodidas sugerencias banales, banales y falsas, por qué os empeñáis en hacerme partícipe de vuestras asquerosas vidas de plástico, por qué me invitáis si la última cosa para la que saldría de mi habitación es oír vuestras voces de mierda contándome historias-paja y preguntándome sobre mi vida como si os importara lo más mínimo. Como si os importara mi insomnio crónico, mis heridas en los dedos, mis granos en la frente o lo mal que toco la guitarra. Como si poseyérais un micrométrico interés en mis mañanas, en mis ojos grises que se revelan contra el sistema poniéndose rojos colocón, en lo mucho que odio el mundo antes de las dos de la tarde, en que mi cama siempre está deshecha y mi pelo se aleja extremadamente de cualquier intento de parecer bonito. Como si quisiérais realmente saber que vivo en una casa pero pertenezco a una familia a ratos, que me muero por gemir de placer entre las piernas de cualquier ojitos negros, que me pierdo por cualquier calle de Madrid centro como metáfora de mi vida entera, que no tengo cojones a huir o que me paso las horas tirada deseando realizarme como persona y sin ninguna intención de hacerlo. Como si de verdad os preocupara ignorar que miro al cielo por las noches como el pájaro entre rejas, que me queman estas cuatro jodidas paredes y que aún así no sé qué puedo hacer con mi vida para que deje de ser un manojo de sinsentidos enredados, que soy torpe, despistada, malhablada y mentirosa, que me sobran sueños y me falta dinero, que me preocupo aunque no lo parezca, que amo, que sé amar y cuando lo hago, lo hago con desesperación, como en esas películas de los años treinta. Que en el fondo sí quiero enamorarme, que no tenéis ni idea y que me desespera la cantidad de capas de mierda que le habéis puesto encima a la libertad.
Me alegro si ésto no es lo que esperábais leer, si os asusta mi dark side, así al menos estaré lejos de vuestras críticas de sabelotodos frustrados. Bienvenidos a lo que pasa cuando exasperáis a la princesa equivocada.