domingo, 27 de octubre de 2013

Tejas

Negras arterias
de viento como sangre
que la lluvia moja
hasta que llegue Diciembre.

Armonía para las fosas nasales
que la pluvia deja en el recuerdo,
haciéndome amarte, sin condición,
sin condición alguna, querido pueblo.

Y la magia de las almas
pululan por tus calles, en silencio
y que me han hecho descubrirme
y desnudarme ante el frío eterno

de tus calles y tus veranos
y tus inviernos helados y ámbar
de mí siento en ti, mi pueblo,
de mi mente cociéndose en tu entraña.

Próxima estación: eternidad

Me pasaría la vida entera así. Entre las hojas en blanco que me esperan, y las manchadas a las que ya maté.
Digan lo que digan ésto no es fácil. Escribir sobre temas que no terminan de ser puede terminar y termina en autodestrucción, siempre.
Cada palabra la sangro, ergo duele. Cada vocablo es una parte de mí que arrojo por la ventana porque, quizás ya no cabe, o quizás grita demasiado como para dejarlo aquí dentro.
Digan lo que digan ésto no es fácil. Y no sólo eso, si no que una vez que pruebas el agridulce sabor de la pluma entre los dedos, eres incapaz de pasar por ello como si fuera una parada de tren que no es la tuya.
Te bajas aquí.
Me bajaré aquí, siempre. 

miércoles, 23 de octubre de 2013

Rabia con sal

Atrévete a entrar ahora.
Atrévete a pisar escombros y notar la lluvia cerniéndose sobre ti a través de un techo derribado por la rabia.
Atrévete porque sé que no lo harás.
Nadie quiere entrar aquí y no les culpo, aún no ha nacido alma tan valiente como para presenciar el vuelo de un pájaro que tiene un ala rota. Simplemente les asusta ver belleza en la ruina.
A mí no, y por eso me arruino cada noche.
Por eso me despedazo entre las sábanas.
Porque necesito mi chute de algo bello, y porque no me dejáis volar.
Y cuánto más me rompéis el ala más bella me vuelvo y



dejadme, ya me quiero yo
al fin y al cabo soy la única que lo haré
incluso entre escombros y
mojada por la lluvia.

martes, 22 de octubre de 2013

Escribimos para no morir

Las palabras nos hacen inmortales.
Platón dijo que el mundo material es irreal, ya que perece, y que la única realidad verdadera es aquella de las ideas, pues éstas no mueren ni cambian, si no que permanecen perfectas e inmutables.
Al fin y al cabo somos sólo materia, y son nuestras ideas en tinta las que serán infinitas.
Es la necesidad de los artistas de no morir nunca. De convertirnos poco a poco y cada día más en universales, en belleza eterna e imperecedera.
Mientras nuestras ideas sean palabras -que no terminan de ser materiales aunque sean concretas, cosa que siempre he amado de las palabras-, y esas ideas sean nuestras propiamente, nuestro yo idealizado y reflejado en nuestros textos será eterno y perfecto.
Seremos infinitos.
Escribimos para ser infinitos.

martes, 15 de octubre de 2013

Tras martes

De caerme en la cuenta
a buscarte en mis razones.
Pero no estás
quizá nunca estuviste
quizá nunca fuiste y por eso quizá
quizá duelas tanto.

Resolverme
para luego destruirme
y así martes tras martes,
y así.

lunes, 14 de octubre de 2013

Cansancio

Aquí estoy otra vez.
En frente de una pantalla jugando a creer que me entiende.
En frente de mi reflejo creyendo que juega a esconderse de mí.
La rabia tatuada en las pupilas y la eterna duda de si realmente me merezco esto, ésas son mis banderas hoy. Mi color es el gris, aunque eso no es novedoso, y mi patria es esta habitación; el único jodido lugar en el mundo en el que nada puede hacerme daño -y el lugar en el que más daño me hago, qué paradoja-.
Una vez más el destino me pone en frente de las narices la pista más relevante de todas; sólo yo puedo hacerme tanto daño. Me pregunto a mí misma si realmente me merezco todo esto, es mi reflejo el que se esconde y soy yo la que no me entiendo.
Y he intentado tantas veces cambiar ésto que he tirado la toalla, y los zapatos para que al menos correr por el asfalto de la memoria me haga sentir algo.
Ya son ganas de hacerse daño, ¿eh?
Ya son ganas de autodestruirse y de pasarse las noches en vela y las mañanas con los ojos hinchados y presos del sueño. Ya son ganas de salir corriendo. De eso, de éso tengo ganas.
Borrar todo lo que soy y empezar desde los cimientos otra vez. Y renovarlos, porque ellos también están rotos -todo lo está-. Es como cuando empiezas a escribir un poema pero tachas mil cosas y la tinta se hace un lío y las palabras no paran y al final lo borras todo para poder volver a empezar de cero unos versos preciosos.
El problema es que por mucho que empiezo de cero, lo único que consigo es una papelera llena de hojas en blanco.

martes, 8 de octubre de 2013

Poulain

Siempre me sentí en deuda con los artistas, y con la capacidad que tienen de crear cosas bellas -horribles, dulces, afiladas, grises, sensuales, pero siempre bellas- y hacer que yo me pierda en ellas. A menudo aceptar la realidad no es más efectivo que adentrarse en el mundo de la ficción, en esos mundos paralelos en los que, curiosamente, encontramos valiosos comodines para eso que llaman vida real.
Aunque quizás la vida real no sea más que una mala reproducción de las películas,
y quizás por eso
cuando Amélie sonríe a mí me sonríe el corazón,
y cuando Amélie besa mi nuca es besada también,
y cuando Amélie llora a mí me llora la vida por un instante.

Claro que siempre puedo volver a darle al botón otra vez
y volver a ser

con Amélie.

viernes, 4 de octubre de 2013

Doce

Una calle negra
y naranja
que me ve caminar
vacía
llena
de ti

¿Algún médico en la sala?
se me ha atragantado Octubre
y no se va porque sabe que soy demasiado perezosa
para irme yo

el invierno es el amante más mezquino
quizás por eso tenerle entre las sábanas se hace tan
necesario
adictivo y
mío

las hojas no pierden su color en otoño
simplemente ganan calidez
quizás para protegerse del frío
del hielo
de mis ojos que las miran, inquisitivos
buscando  un amor que
últimamente parece sólo habitar en lo gélido
en lo húmedo, en
mi amante mezquino
en sus uñas en mi espalda y en
los pájaros que apenan pueden volar porque

también se les atraganta otoño en los graznidos

pero si lo importante es el fin y no los medios
asesinando a la justificación
a sangre fría
si soy feliz qué mas da serlo
con la noche 
y el frío y 

el invierno

mi querido
invierno.