sábado, 3 de enero de 2015

De verdad

—Pero si es que el amor no es para tanto, ¿sabes? —dijo fumando, como si fuera el último cigarrillo en todo el mundo —los orgasmos sí son para tanto, y la playa, y las cuatro de la mañana, y la muerte, sí, la muerte sí que es para tanto. Y los amigos y los cubatas y las carreteras, y los atardeceres son para tanto, y las cosas importantes y reales son para tanto, pero ¿el amor? ¡el amor es un holograma! Que sí, joder, que a veces está bien, conoces a un pavo y las miraditas y todo el rollo, y decir "te quiero" a veces incluso tiene su punto, porque te sientes poderosa, como "coño, tengo huevos a querer a alguien" y además nada te hace daño, y esperas semanas enteras para poder verle y todo es como en un puto culebrón de esos malísimos de sudamericanos, pero luego qué, luego vienen los silencios y los "no sé", los putos "no sé", y te encuentras a ti misma a las doce de la noche de un día de diario despierta porque no llama, ni contesta ni nada, y eso es una puta mierda, que te lo digo yo. Y ya ¡hala!, a la mierda, sólo sabes escribir sobre él, y cualquier canción como que parece que ha sido escrita para joderte basada en vuestra historia. Y luego es la hostia de difícil olvidarle, y te follas a otros pero su olor te persigue, sí, como que te persigue, ¿sabes? y te arrepientes de haberle conocido, y quieres borrarlo todo pero no puedes, porque hay algo en ti que nunca volverá a estar igual, tú no volverás a ser nunca la misma, y todo eso por cuatro caricias y unos cuantos besos en el portal. Que no merece la pena, joder —cogió aire y valor, y le dio la última calada al cigarro antes de tirarlo al suelo—Y te digo una cosa, yo ahora estoy cojonudamente, duermo mejor y la gente hasta dice que me ha cambiado la cara, aunque yo creo que son un poco exagerados. Pero no, que te lo juro que ya no estoy tan... como tan rota, ¿sabes? Como que ya no lloro cuando la noche se me viene encima y todo eso. Que toda esa mierda de la autoestima, que es verdad, que ahora me siento más segura y no ando por ahí con miedo a romper todo lo que toco. Bueno, a romperme con todo lo que toco. Yo, es mi consejo, huye si ves que te estás enamorando. Que luego te pasa como a mí, y aunque te pones mejor y más guapa y eso, cada día te arrepientes de haberle dado algo tan tuyo. Juran que no lo van a romper, pero nunca se sabe. Nunca se sabe, tía, de verdad. Hazme caso y huye de todo esto. Te lo dice el corazón con más parches del mundo— rió después, aunque tras sus dientes me pareció ver asomada a la tristeza.