Negras arterias
de viento como sangre
que la lluvia moja
hasta que llegue Diciembre.
Armonía para las fosas nasales
que la pluvia deja en el recuerdo,
haciéndome amarte, sin condición,
sin condición alguna, querido pueblo.
Y la magia de las almas
pululan por tus calles, en silencio
y que me han hecho descubrirme
y desnudarme ante el frío eterno
de tus calles y tus veranos
y tus inviernos helados y ámbar
de mí siento en ti, mi pueblo,
de mi mente cociéndose en tu entraña.
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