con el viento,
y tu tono,
y tus lunares.
Eché a correr por tu garganta
y me tropecé
con ese "ven" que nunca llegué a oír.
Y me caí,
y me golpeé,
y ahora cada vez que ando me duele el costado,
y cada vez que me duele el costado me acuerdo,
de que no te has ido del todo;
de que nunca
me harás el favor
de irte
del todo.
Increíble. Te sales.
ResponderEliminarVolveré a pasarme pronto, un beso desde
http://lachicaconojosclaros.blogspot.com.es/
Me esfuerzo por hacerme imperturbable ante la opinión de la gente, pero he leído ese comentario y se me han iluminado los ojos. Ya estoy tardando en pasarme por el tuyo.
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