jueves, 18 de julio de 2013

Meow

Y de repente, todo está bien.
De repente estás ahí, en su azotea, con Madrid iluminando tenue, tan tenue que podía ver su alma. Y mientras su cigarro se consume, tú miras al horizonte que la cuidad perfila, y vuelas alto, y lloras con ella, y te rompes, y a cada suspiro, resurges de las cenizas de su pitillo.
Y de repente todo está bien, y todo está con vosotras.
Y a ella, que no creía en la felicidad, se le escapa un 'Soy feliz'.
Y tú sonríes.
Y ella sonríe.
Y, de repente,
todo
está
bien.

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