domingo, 14 de septiembre de 2014

Domingo

Recógeme.
¿Tengo que estar rota o resquebrajarse vale?
¿Por qué todo el mundo habla del amor? Quiero decir, ¿existe?
No reniego, sólo es que no me fío.
Y quiero volver a la Tierra pero estas malditas alas salvajes me tienen todo el día volando por los aires.
Como cuando me estalla el corazón al mirarte a los ojos, y tú te apartas.
Y tú, tú, tú, todo el rato.
Pero tú, el fracaso que supones, duele porque es un fracaso más.
Otra vez.
Caerse y ver cómo se van.
Porque ellos tienen sus propios asuntos, claro.
Porque si yo me doy la vuelta ellos no me abrazarán por la espalda. Ellos sólo se irán.
Es lógico.
Soy ilógica.
¿Y cómo les explico que necesito unos dedos entre mis costillas?
Decirlo sería hacerlo realidad. Y hacerlo realidad sería admitirse vulnerable.
Y eso nunca.
¿No?
¿Merece la pena dejar que te hagan un poquito de daño si eso implica encontrar unas manos que asumirán cortarse con tus pedazos sólo para volver a construirte?
Por Dios, ¿puede alguien responderme?
Ah, claro. Están en sus asuntos.
Se sienten solos, inseguros.
Les rompen el corazón y lloran.
Eh, yo también quiero palabras que encierren lo que tengo yo. Aquí.
A lo mejor si las pronuncio esto se hace real.
Porque el no saber, de tan tóxico, digo yo que algún día será mortal,
Bueno, algo sí tengo claro.
Y es algo que vais a leer pocas veces, así,
Que no voy a escribir casi nunca,
Quiero sentirme débil ante un alma,
Quiero sentirme pequeña ante unos ojos.
No quiero ser siempre la fuerte.
Ser fuerte es útil.
Pero ser frágil es humano.
Y para sentir las cosas más maravillosas del mundo hay que ser frágil.
O eso me hacéis creer.
Frágiles y felices.

1 comentario:

  1. El amor siempre nos hace un poquito vulnerables, pero yo creo que si merece la pena. El amor mueve el mundo. Un abrazo.

    http://elchicodelmetro.blogspot.com.es/

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