domingo, 11 de mayo de 2014

Una contradicción, por favor

Hablamos de la libertad que nos inventamos.
La verdadera libertad nos es arrebatada en el momento en que somos arrojados a este frío suelo sin apenas pedirnos permiso. A nuestros pequeños cuerpos de ácido les falta metal que corroer, somos dulcemente inexpertos incluso cuando decidimos dejar de sufrir entregándonos al universo. Y obviamente sí, hablo de morir, de morirnos. De desaparecer. Y no, no entiendo muy bien qué hace una niña de dieciséis años a las once de la noche de un domingo abriendo la ventana sólo porque abajo alguien está fumando marihuana y quiere oler un poco de verde, ya que joder, está rodeada de gris asfalto y miradas que ni siquiera tienen color.
Hablamos de la libertad que dibujamos con el negro del suelo de nuestras celdas.
De la libertad que nos inventamos porque no, no podemos vivir admitiendo que no somos libres. Antes morir que gritarle al espejo
NO ERES LIBRE
pero qué más da a estas alturas de la película, qué mas da. Mírales cómo caminan cabizbajos, cómo quieren creer saberlo todo, cómo se consumen.
La vida de quién, los recuerdos de quién, el camino hacia dónde y desde cuándo.

(sólo digo que la autodestrucción también es libre
mente
esclava)

No hay comentarios:

Publicar un comentario